La palabra
cuerdo/
cuerrdo ¿se escribe con la letra ‘g’ o con ‘j’?¿Tienes dudas entre escribir
cuerdo o a lo mejor
cuerrdo? No te inquietes, podemos echarte una mano. A menudo nos encontramos con muchas personas que tienen una inseguridad similar, y eso se debe a que en castellano tanto
cuerdo como
cuerrdo se parecen mucho a la hora de pronunciarse. Por motivo de esta semejanza a nivel fonológico, es normal no estar seguros de cuál es el modo adecuado de escribir este vocablo, si
cuerrdo o lo que debes hacer es escribir
cuerdo.
No vamos a perder más tiempo en sacarte de dudas, entre
cuerrdo y
cuerdo, la forma acertada de escribir este término es:
cuerdo. Además de obsequiarte con esta contestación que solicitabas, nos gustaría presentarte algunas aportaciones más para las situaciones en que se te manifiesten dudas en relación con en qué ocasiones se escribe ‘g’ y en qué otras se escribe ‘j’. De esta forma cada vez tendrás menos inseguridad del tipo ‘¿Debería escribir
cuerdo o acaso es
cuerrdo?’
Propuesta para que logres escribir siempre del modo correcto cuerdo
Nunca debes dudar entre el término cuerdo y la palabra cuerrdo cuando quieras escribir, ya que solo existe una manera viable de escribir esta palabra adecuadamente, y es: cuerdo. El término cuerrdo simplemente no arroja ningún resultado cuando lo buscamos en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
Con el fin de que no se te olvide fácilmente cómo deberías escribir cuerdo, la definición del diccionario:
Que está mentalmente sano. Antónimos: loco , chiflado . Ejemplo: «Pero vivir loco y morir cuerdo, ¿no es acaso la culminación de una vida cumplida más allá de la muerte?» Roa Bastos, Augusto (1992). Vigilia del almirante. Madrid: Alfaguara, 238.Que piensa y reflexiona antes de hablar o tomar decisiones. Sinónimos: sensato , juicioso , prudente , reflexivo . Antónimos: impulsivo , insensato , imprudente , irreflexivo . Ejemplo: «En realidad, es el hombre más lúcido y más cuerdo, además del más generoso que hay en esta ciudad» Vargas Llosa, Mario (1993). El loco de los balcones. Barcelona: Seix Barral, 36.Propio del que piensa y reflexiona sin precipitarse. Ejemplo: «Su verbo seguía cuerdo, no su comportamiento. Era el más listo de los tontos» Gavilanes, Emilio (2000). El bosque perdido. Barcelona: Seix Barral, 30.
