El término
escaño/
excaño ¿se escribe con la letra ‘g’ o con la letra ‘j’?¿Te sientes indeciso a la hora de escribir entre escribir
escaño o a lo mejor el término
excaño? Tranquilo, te vamos a echar un cable. Son muchas las personas que sienten la misma duda que tú, y pasa porque en español tanto
escaño como
excaño tienen una pronunciación similar. A causa de este parecido en su fonología, es usual sentir dudas en cuanto a cuál es la forma correcta de escribir este vocablo, si como
excaño o del siguiente modo:
escaño.
No vamos a malgastar más tiempo dando rodeos, entre
excaño y
escaño, la manera adecuada de escribir este vocablo es:
escaño. Además de brindarte esta contestación que solicitabas, desearíamos brindarte otras aportaciones para las situaciones en que se te manifiesten dudas acerca de en qué oportunidades se escribe ‘g’ y en qué otras se debe escribir ‘j’. Así cada vez tendrás menos indecisión del tipo ‘¿Se escribe
escaño o tal vez
excaño?’
Consejo para que escribas siempre como es debido escaño
Jamás dudes entre la palabra escaño y el término excaño cuando debas escribir, pues tan solo nos encontramos con una manera posible para escribir este término correctamente, y es: escaño. La palabra excaño simplemente no corresponde a ninguna palabra que se encuentre en el diccionario de la RAE.
Con el fin de que recuerdes mejor cómo deberías escribir escaño, te proporcionamos la definición del diccionario:
Puesto electivo en un cuerpo colegiado, en especial en un parlamento Sinónimos: banca , curul . Relacionados: puesto , parlamentario . Ejemplos: "Cañellas debe renunciar a su escaño. La honorabilidad política de Gabriel Cañellas queda en entredicho tras la sentencia del Tribunal Supremo." El Mundo, 16 de diciembre de 1998 [referencia incompleta]Banco o asiento corrido y con respaldo Uso: anticuado "Era un vasto salón al aire libre, con escaños de madera, un telón de terciopelo con máscaras griegas, y tres taquillas en forma de cabezas de león por cuyas bocas abiertas se vendían los boletos." García Márquez, Gabriel (1967) Cien años de soledad. Caracas: Ayacucho, p. 147