evocación o hevocación

    El término evocación/ hevocación ¿se escribe con la letra ‘g’ o con la letra ‘j’?¿No estás seguro de la forma acertada de escribir, cuando debes escribir entre escribir el término evocación o bien escribir el término hevocación? No debes apurarte, te vamos a echar un cable. Son muchas las personas que experimentan una inseguridad similar, y eso es debido a que en español tanto evocación como hevocación se pronuncian del mismo modo. A raíz de este parecido a la hora de pronunciarse, es común sentir dudas en cuanto a cuál es el modo correcto de escribir esta palabra, si hevocación o lo que debes hacer es escribir evocación. No te queremos hacer desaprovechar más tiempo en darte una respuesta, entre hevocación y evocación, la forma correcta de escribir esta palabra es: evocación. A parte de brindarte esta contestación que estabas buscando, nos agradará mostrarte consideraciones que debes tener en cuenta para cuando sientas dudas acerca de en qué circunstancias se debe escribir ‘g’ y en qué casos se escribe ‘j’. De esta manera cada vez tendrás menos indecisión del tipo ‘¿La forma correcta es escribir evocación o quizás debo escribir hevocación?’

    evocación

    hevocación

    Recomendación para ayudarte a escribir bien evocación

    No te sientas dubitativo entre evocación y la palabra hevocación cuando te veas en la necesidad de escribir, ya que solamente hay una manera viable para escribir esta palabra con corrección, y es: evocación. La palabra hevocación sencillamente no arroja ningún resultado cuando lo buscamos en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

    Con el propósito de que recuerdes mejor la forma en que es preciso escribir evocación, te aportamos la definición del diccionario:

  1. Acción y efecto de evocar.
  2. Recuerdo que se tiene sobre algo o alguien. Sinónimos: memoria , remembranza , reminiscencia Antónimo: olvido
  3. En la la Antigua Roma era un rito o ceremonia religiosa dirigida a los manes de los muertos.
  4. Fórmula usada en la Antigüedad para invitar a los dioses de los países a quienes se hacía la guerra, a que los abandonasen y se establecieran en el de los vencedores, los cuales les ofrecían nuevos templos y nuevos sacrificios.
  5. Leva repentina de gente entre los romanos.