El vocablo
mocoso/
mocozo ¿debe escribirse con la letra ‘g’ o con la letra ‘j’?¿Tienes dudas entre escribir
mocoso o bien la palabra
mocozo? No te inquietes, podemos ayudarte. A menudo nos encontramos con muchas personas que tienen una inseguridad similar, y pasa debido a que en castellano tanto
mocoso como
mocozo suenan igual. A raíz de este parecido en su sonido, es común tener dudas sobre cuál es la manera adecuada de escribir este vocablo, si como
mocozo o del siguiente modo:
mocoso.
No vamos a malgastar más tiempo en darte una respuesta, entre
mocozo y
mocoso, la forma correcta de escribir este vocablo es:
mocoso. Amén de obsequiarte con esta contestación que solicitabas, nos agradará brindarte otros aportes para cuando te encuentres con dudas en relación con en qué circunstancias se escribe ‘g’ y en qué casos se debe escribir ‘j’. De esta forma cada vez tendrás menos dudas del tipo ‘¿La forma correcta es escribir
mocoso o a lo mejor se escribe
mocozo?’
Propuesta para ayudarte a escribir siempre correctamente mocoso
Nunca jamás debes dudar entre mocoso y la palabra mocozo cuando te veas en la necesidad de escribir, dado que únicamente existe una manera posible para escribir este término correctamente, y es: mocoso. El término mocozo simplemente no se encuentra en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
Con el fin de que no se te olvide fácilmente el modo en que es preciso escribir mocoso, la definición del diccionario:
Que pertenece o concierne a los mocos. Ejemplos: "Las eyaculaciones no son todas iguales. A veces, nuestro fluido es más líquido, otras veces es más denso, concentrado, mocoso." (Pene sano [1])Que tiene las narices llenas de mocos.[ 1] Se aplica al niño atrevido y malmandado.[ 1] Uso: se emplea también como sustantivoSe aplica al mozo poco experimentado o advertido.[ 1] Uso: se emplea también como sustantivoInsignificante, de ningún valor o importancia.[ 1] Niño, chiquillo. Ámbito: Chile, Colombia Uso: coloquial o despectivo Ejemplos: "Los chiquillos celebraban a más no poder. Algunas veces, dejando inconcluso el cuento, se quedaba dormido ahí misrno y dos vecinos tenían que arrastrarlo a su cuarto. En otras, se levantaba, daba a los mocosos los últimos caramelos, y bamboleándose, se iba conventillo adentro,, […]" (Los hombres obscuros. Guzmán, Nicomedes, 1914-1964. Santiago : Eds. Yunque, 1939. Página 91 [2])