angustiante o anjustiante

    El término angustiante/ anjustiante ¿debe escribirse con la letra ‘g’ o con la letra ‘j’?¿Te sientes indeciso a la hora de escribir entre escribir el término angustiante o tal vez anjustiante? No te preocupes, aquí encontrarás ayuda. A menudo nos encontramos con muchas personas que tienen una inseguridad similar, y eso se debe a que en castellano tanto angustiante como anjustiante se pronuncian igual. Por motivo de esta similitud a la hora de pronunciarse, es frecuente sentir dudas en cuanto a cuál es la forma adecuada de escribir este término, si como anjustiante o de la siguiente forma angustiante. Pero no queremos malgastar más tiempo en sacarte de dudas, entre anjustiante y angustiante, la forma correcta de escribir esta palabra es: angustiante. Además de obsequiarte con esta respuesta a la pregunta que te hacías, es importante para nosotros presentarte otras aportaciones para aquellos momentos en que se te manifiesten dudas acerca de en qué ocasiones se escribe ‘g’ y en qué casos se escribe ‘j’. De esta forma cada vez experimentarás menos titubeo del tipo ‘¿Debería escribir angustiante o tal vez anjustiante?’

    angustiante

    anjustiante

    Sugerencia para que escribas siempre como es debido angustiante

    Nunca dudes entre el término angustiante y la palabra anjustiante cuando te veas en la necesidad de escribir, ya que únicamente hay una forma posible para escribir este término adecuadamente, y es: angustiante. La palabra anjustiante sencillamente no arroja ningún resultado cuando lo buscamos en el diccionario de la RAE.

    Con el objetivo de que no se te olvide fácilmente la forma en que es preciso escribir angustiante, te proporcionamos su definición del diccionario:

  1. Que provoca angustia. Sinónimos: angustiador , angustioso . Ejemplo:
  2. «Esta adquisición de conciencia, la búsqueda angustiante de los adolescentes que los lleva a experimentar toda clase de comportamiento, rasgo esencial de ellos, ha de ser facilitada por la escuela secundaria y por los maestros que la integran; y mejor dicho, conducida con inteligencia y comprensión, apoyada en la razón científica y en la belleza artística. La gran mediadora de todo esto es la clase de español.» Domínguez Hidalgo, Antonio (2007). Desde mi banquillo. Consultado el 23 de junio del 2016.