El término
gigantón/
jijantón ¿se escribe con ‘g’ o con ‘j’?¿No estás seguro del modo correcto de escribir, cuando tienes que escribir entre escribir el vocablo
gigantón o a lo mejor el término
jijantón? No te agobies, podemos echarte una mano. A menudo nos encontramos con muchas personas que experimentan cierto titubeo, y eso es debido a que en español tanto
gigantón como
jijantón se parecen mucho a la hora de pronunciarse. Debido a esta similitud en la pronunciación, es frecuente no estar seguros de cuál es la manera adecuada de escribir este término, si
jijantón o lo que debes hacer es escribir
gigantón.
Tranquilo, que no te haremos desaprovechar más tiempo en sacarte de dudas, entre
jijantón y
gigantón, el modo acertado de escribir este término es:
gigantón. Amén de darte esta respuesta que estabas solicitando, nos gustaría enseñarte otros aportes para aquellos momentos en que sientas dudas en relación con en qué circunstancias se debe escribir ‘g’ y en qué otras se debe escribir ‘j’. En consecuencia cada vez tendrás menos vacilación del tipo ‘¿Debería escribir
gigantón o tal vez
jijantón?’
Sugerencia para que escribas del modo correcto gigantón
Nunca jamás debes dudar entre gigantón y la palabra jijantón cuando quieras escribir, debido a que solo hay una manera viable de escribir este término correctamente, y es: gigantón. La palabra jijantón simplemente no arroja ningún resultado cuando lo buscamos en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
Con el objetivo de que no vuelvas a tener dudas y recuerdes la forma en que se debe escribir gigantón, creemos que te servirá de gran ayuda que tengas en cuenta la definición del diccionario:
Gigante, figura antropomófica gigantesca que puede portar una persona en procesiones y actos festivos. Ejemplo: "[...] y siguió a los gigantones, confundido con los chiquillos, sintiendo que se le subía por dentro el alma de niño, el alma de cuando seguía a aquellos gigantones mismos, a distancia, mientras sus compañeros de juego corrían delante de ellos." Miguel de Unamuno Paz en la guerra, capítulo III, 1897.[1]