igualito o higualito

    La palabra igualito/ higualito ¿cómo se escribe?¿Estás indeciso entre escribir igualito o bien higualito? No te agobies, podemos echarte una mano. Son muchas las personas que sienten cierto titubeo, y eso es porque en español tanto igualito como higualito tienen una pronunciación similar. Debido a este parecido en su sonido, es habitual sentir dudas en cuanto a cuál es la forma correcta de escribir este término, si como higualito o lo que debes hacer es escribir igualito. No vamos a malgastar más tiempo para aclarar tus dudas, entre higualito y igualito, el modo correcto de escribir esta palabra es: igualito. A parte de ofrecerte esta contestación que estabas solicitando, nos gustaría hacerte consideraciones que debes tener en cuenta para aquellos momentos en que se te manifiesten dudas acerca de en qué oportunidades se debe escribir ‘g’ y en qué otras se debe escribir ‘j’. En consecuencia cada vez tendrás menos inseguridad del tipo ‘¿La forma correcta es escribir igualito o acaso es higualito?’

    igualito

    higualito

    Consejo para que escribas siempre bien igualito

    No debes dudar entre el término igualito y el término higualito cuando debas escribir, dado que únicamente nos encontramos con una forma viable para escribir esta palabra como es debido, y es: igualito. El término higualito simplemente no aparece en el diccionario de la RAE.

    Con la finalidad de que puedas acordarte siempre de la manera en que se debe escribir igualito, queremos aportarte la definición del diccionario:

  1. Diminutivo de  igual .
  2. Extremadamente parecido, semejante o similar; casi idéntico. Uso: coloquial,  jocoso,  enfático, frecuente en América. Derivado: igualitico . Ejemplo: «Eran diez cartas igualitas, o más bien dicho, era la misma carta repetida diez veces. (Se ríe). Qué caballero más raro, escribir la misma carta diez veces... Bueno, la verdad es que igualitas, igualitas, no eran. Lo distinto que tenían era el saludo». Debesa, Fernando (2000) Teatro completo. Santiago de Chile, Ediciones Universidad Finis Terrae. p. 277.