angustiado o hangustiado

    El término angustiado/ hangustiado ¿se escribe con la letra ‘g’ o con ‘j’?¿Tienes dudas entre escribir angustiado o tal vez el vocablo hangustiado? No te agobies, te podemos ayudar. Son numerosas las personas que experimentan cierto titubeo, y pasa porque en castellano tanto angustiado como hangustiado suenan igual. A causa de esta semejanza en la pronunciación, es común dudar acerca de cuál es el modo adecuado de escribir este término, si como hangustiado o de la siguiente forma angustiado. Como no deseamos perder más tiempo en darte una respuesta, entre hangustiado y angustiado, la manera adecuada de escribir este vocablo es: angustiado. Amén de ofrecerte esta respuesta que buscabas, desearíamos presentarte más aportaciones para aquellos momentos en que sientas dudas con respecto a en qué oportunidades se escribe ‘g’ y en qué otras se escribe ‘j’. De ese modo cada vez experimentarás menos indecisión del tipo ‘¿Debería escribir angustiado o tal vez hangustiado?’

    angustiado

    hangustiado

    Sugerencia para escribir del modo correcto angustiado

    Jamás deberías dudar entre la palabra angustiado y la palabra hangustiado cuando debas escribir, pues solo existe una manera viable de escribir este término como es debido, y es: angustiado. El término hangustiado simplemente no arroja ningún resultado cuando lo buscamos en el diccionario de la RAE.

    Para que puedas acordarte siempre de el modo en que deberías escribir angustiado, queremos aportarte su definición del diccionario:

  1. Que experimenta angustia.
  2. Que consume pasta base de cocaína. Ámbito: Chile. Uso: jergal,  se emplea también como sustantivo. Sinónimos: pastabasero  (Chile), pastero  (Chile). Ejemplo:
  3. «Ya en la universidad seguí pensando en esto y al mismo tiempo este tema se espectacuralizó, entró a los medios de comunicación, entonces el pastabasero, el angustiado era como la figura arquetípica de la delincuencia, del perdedor, del caído, del derrotado.» Sepúlveda, Mauricio (2018). El angustiado es la figura arquetípica de la delincuencia, del perdedor, del caído, del derrotado. Revista Cáñamo. Consultado el 14 de noviembre de 2020.
  4. Participio de  angustiar  o de  angustiarse.